domingo, 26 de junio de 2016

El Sentido del Humor

Cuando Los Hermanos Marx estaban grabando Una Noche en Casa Blanca, la Warner Brothers les acusó de plagiar el título de su gran éxito Casa Blanca. Se inició entonces un intercambio de cartas  entre Los Hermanos Warner y Groucho Marx, en la que los primeros reprendían y el segundo contestaba con frases como esta: 
-Estoy seguro de que incluso el espectador medio sabrá distinguir a Ingrid Bergman de Harpo.
- ¿Pueden ustedes usar el nombre de ‘Hermanos Warner’? ¡Nosotros éramos hermanos desde mucho antes!
-Tenemos muchas esperanzas en la película: puede ser la chispa que desate una nueva guerra mundial. 
Tras recibir semejantes respuestas, la Warner se dio por vencida. Por el contrario a Groucho le sirvió para publicitar su película.
                                                                                                                    

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Martin Seligman, padre de la Psicología Positiva, define el sentido del humor como la capacidad para experimentar y estimular una reacción específica: la risa. Considera que el humor es una fortaleza personal, ya que tiene beneficios físicos, psicológicos y sociales.  De hecho, “quitarle hierro” a la vida,  ayuda a eliminar estrés, sube la autoestima, facilita la socialización,  mejora el desempeño laboral y enriquece las relaciones familiares, entre otras muchas cosas.
Percibimos el mundo a través de nuestros propios filtros. Usamos unas gafas acordes con la cultura donde  nacemos y la educación que hemos recibido. Es curioso comprobar que al cambiarnos “las gafas”, de repente nos damos cuenta de cosas que antes nos pasaban desapercibidas. Por ejemplo: desde el momento que sabes que vas a ser madre o padre empiezas a ver niños y embarazadas por todos lados. Con el Sentido del humor pasa lo mismo, a cada persona le hace gracia una cosa diferente. Las personas que tienen poco desarrollado el sentido del humor, no es que carezcan de estímulos potencialmente graciosos a su alrededor, lo que pasa es que no lo perciben, llevan siempre gafas oscuras
 Aunque algunos piensan que el sentido del humor se tiene o no se tiene, la realidad es que es una cualidad que se puede trabajar y adquirir. De hecho cuentan que Groucho Marx, desarrolló algunas de las cualidades que le hicieron el famoso actor cómico que conocemos, como su creatividad y su capacidad de improvisación rápida y aguda, por mera cuestión de supervivencia. Sus primeras actuaciones con sus hermanos fueron en locales de mala muerte de Estados Unidos. Cuando notaba que el espectáculo estaba decayendo, cambiaba rápidamente de “tercio” con alguno de sus originales comentarios,  para que no les echaran literalmente a puñetazos
No hay necesidad de esperar a estar en peligro para valorar la risa, así que vamos a ver unos “trucos” para elevar nuestro estado de ánimo. Van dirigidos a los padres, pues los niños se ríen mucho más que nosotros,  y no dejaran de hacerlo si los mayores tenemos sentido del humor.
  • Para empezar haz una dieta informativa. Tenemos que saber lo que ocurre a nuestro alrededor, pero con verlo una vez al día es suficiente…nadie nos obliga a ver todos los telediarios de la jornada. Limita tu exposición a desgracias ajenas, si puedes ayudar, ahi debes estar, pero si es solo información, con oírlo una vez basta. 
  • Crea un repertorio de películas, monólogos, canciones o lecturas que te hagan reír, una “risoteca”… cada vez que te sientas triste mira el índice y elige, verás los efectos. 
  • Queda con personas animadas. No abogo por hacer boicot a las personas “cenizas” , pero como las emociones se contagian, hay momentos en la vida en que uno necesita compartir veladas con personas optimistas, divertidas y simpáticas. El objetivo es volver a casa contento, así que quedan prohibidos los temas escabrosos. Evitemos ensarzarnos en cadenas de desgracias, no ayudan nada a reírse
  • Esfuérzate en contestar con humor cuando te digan algo ofensivo ( nada grave claro). No solo desarmas al otro, además consigues permanecer tranquilo y sentirte bien. En la vida hay mucho por lo que enfadarse con razón…no merece la pena enfrascarse en todas las guerras. 
  • Recuerda  alguna situación embarazosa en la que te viste inmerso y búscale la parte graciosa, la tiene seguro. Cuéntala a tus amigos de forma cómica, exagera, actúa , que se rían todos contigo, nada más sano que reírse de uno mismo.
  • Ríete de cosas que no puedes controlar, como la edad, una nariz grande, orejas de soplillo. Por supuesto ríete de TU edad, TU nariz grande o TUS orejas de soplillo … ¡¡nunca de la de los demás!!
  • Mide tu sentido del humor. Gasta bromas a tus amigos, de temas que sepas que no ofenden y en momentos adecuados. ¡¡No te conviertas en un pesado, un inoportuno o un mete patas!!
La Psicología Positiva está en alza. Una de sus máximas, es ocuparse de mejorar la vida de todas las personas, no solo la de los enfermos. Estos ejercicios que hemos visto se utilizan con personas sanas como preventivo, y como  apoyo en personas con algún trastorno emocional, pero nunca sustituyen la terapia psicológica y/o farmacológica específicamente diseñadas para ellos. No se trata de ir por la vida a carcajada limpia pase lo que pase. Desgraciadamente los momentos duros  de la vida son inevitables, pero si te cogen emocionalmente fuerte, tendrás más recursos para afrontarlos. 

Hoy debería terminar contando un chiste,
pero por el bien de todos...
me despido con un sencillo:
¡hasta luego!




* Bibliografía: El sentido del Humor:  manual de instrucciones de Jáuregui, E









jueves, 16 de junio de 2016

Ponte los zapatos de tu vecino. EMPATÍA



Cuenta Daniel Goleman, que su cuñado, escritor de libros de terror, tuvo la oportunidad de conocer al “estrangulador de Santa Cruz”, un hombre condenado por asesinar a 5 estudiantes, a su madre y  a su abuela. Después de oír su historia no pudo resistir la tentación de preguntarle:
 -¿Usted no siente compasión?- , a lo que el asesino contestó: - NO-
Hay muchos estudios que intentan comprender que pasa por la mente de los sociópatas, psicópatas y abusadores de todo tipo. Además de muchos otros factores, hay algo común en todos ellos: son personas incapaces de percibir el sufrimiento de los demás… Ello no les exime de culpa, porque son conscientes de lo que hacen, pero no sienten compasión… 


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Goleman, Dr. en psicología por la Universidad de Harvard y autor del libro inteligencia emocional, define la EMPATÍA como la capacidad de sintonizar emocionalmente con los demás. Esa sintonía nos permite captar sentimientos ajenos sin que la otra persona los exprese con palabras, simplemente interpretando su lenguaje no verbal, llegando a sufrir o disfrutar con ellos y predisponiéndonos a ayudar. La empatía se desarrolla desde el nacimiento, ello explica por qué muchos bebés rompen a llorar cuando oyen a otro bebé llorando. A medida que los niños van creciendo, esta conexión con quienes les rodean se va haciendo más consciente, y se va desarrollando a través de sus vivencias y la educación que reciben. 

 Decía Aristóteles: 
“El ser humano es un ser social, vive en familias, clanes, grupos, 
aldeas, ciudades y naciones,
 siente necesidad de juntarse con otros semejantes para poder realizarse como persona”

Dado que  las relaciones sociales son una necesidad primordial para el ser humano, es de vital importancia favorecer el desarrollo de la EMPATÍA, una capacidad básica que afecta a todas nuestras relaciones: familiares, amistosas, de pareja, escolares, laborales… Desde que los niños tienen capacidad de interactuar, van probando y aprendiendo conductas y actitudes que les facilitan o entorpecen su vida social. Además, empiezan a tener conflictos con los niños de su edad, al principio pequeños, y a medida que van creciendo, de mayor importancia. Si estas situaciones son bien resueltas, aprenderán a ponerse en el lugar del otro, a comprender sus circunstancias y sus sentimientos, a captar el efecto que sus conductas y palabras tienen en los demás, de modo que conseguirán establecer relaciones sinceras y duraderas.

El niño aprende  Empatía  de dos formas:

  1. TOMANDO CONSCIENCIA.  Mediante la enseñanza verbal, los niños aprenden a:

  • Reconocer y expresar sus emociones, y a ponerles nombre: estoy triste, estoy enfadado, estoy cansado… si no conocen sus propios estados de ánimo, difícilmente reconocerán los del los demás. Con los niños pequeños funciona tener a mano dibujos de caritas felices, tristes y serias, y que ellos elijan el dibujo que les representa en cada momento. Con los mayores se consigue a través de la comunicación “no invasiva”, es decir aprovechando los momentos de apertura.
  • Apreciar el efecto que sus conductas causan en los demás. Si no aprenden el daño que pueden causar a otro, repetirán la conducta. Así por ejemplo, si un niño echa del juego a otro “porque sí”, no basta con decir: -lo que has hecho está muy mal, eso no se hace-. Lo correcto sería: -fíjate en la cara que tiene Juanito, ¿como  crees que está?, ¿tu como te sentirías si te echaran de un juego y te quedaras solo? -
  • Comprender que hay un mundo mas allá del suyo. En el tiempo que vivimos de conflictos, atentados y guerras, es importante que los niños y adolescentes sean capaces de comprender el coste personal que suponen estas situaciones, como por ejemplo: convertirse en refugiado. Algunos conflictos les cogen tan lejos, que les cuesta ponerse en el lugar del que lo sufre. Así que explicarles la situación, les enseña que el mundo es mucho más que su realidad, y les acerca a otros niños de otras partes del planeta que son ignorados, y que son dignos de compasión, y merecedores de ayuda.
   2.  IMITANDO. Mediante la observación de los adultos y su ejemplo, los niños aprenden a: 
  • Escuchar de forma activa. Si tus hijos o alumnos ven que tu estás atento cuando te cuentan sus cosas, que dedicas tiempo y atención a escuchar a los demás y te preocupas por ellos, harán lo mismo. Si por el contrario ven que cuando te hablan estás atento al móvil o a cualquier otra cosa, e intentas terminar la conversación lo antes posible, esa será la actitud que imiten. 
  • Ser respetuosos con los demás. Es fundamental que no pasemos por alto las críticas dañinas que oigamos en boca de nuestros hijos o alumnos. Nuestro deber es hacerles ver que sus comentarios pueden hacer mucho daño, y que pasados de boca en boca se pueden hacer “virales”, y por tanto el daño es irreparable. Estos comentarios no suelen tener en cuenta a la persona, ni sus circunstancias, ni sus sentimientos. Pero ¿que pasa si los adultos somos “criticones”? ¿podemos pedir a nuestros niños que no lo sean?… no podemos. Recuerdo una anécdota que me contó una vez una amiga. Su hija había llegado a casa muy impresionada porque había oído a la madre de una compañera hablar mal de alguien - ¿pero si las madres no critican?- le había dicho… Sin duda señal de que mi amiga no juzgaba, por lo menos delante de sus hijos.

Está comprobada la relación entre la empatía y la capacidad de solucionar conflictos sin violencia, y no es de extrañar, pues ser capaz de ponerse en la piel del otro, te proporciona una posición de apertura y de comprensión que guía tu forma de actuar hacía  posturas conciliadoras.
Reconocer a una persona adulta que carece de empatía no resulta complicado:
Piensa que sus problemas son los únicos, juzga las acciones de los demás y hace comentarios hirientes, pone sus deseos por encima del resto sin percatarse del daño que puede hacer, no observa ni escucha a los demás, convierte las conversaciones en monólogos y tiende a provocar conflictos. Como consecuencia suelen tener poco éxito social, familiar y laboral. 

Merece la pena ponernos manos a la obra.
 Si todos tuviéramos la capacidad de ver más allá de nosotros mismos el mundo sería más amable.

Os dejo con un vídeo que muestra como, ponerse los zapatos de otros, se convierte en impulsor de buenas acciones.




lunes, 6 de junio de 2016

Desconecta tu piloto automático... y el de tus hijos

Desconecta tu piloto automático…
y el de tus hijos 


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Hace unos días, conducía hacia al colegio de mis hijos sola. Estaba tan metida en mis pensamientos que  llegué de forma instintiva, por el camino de siempre, no puedo decir si había más o menos tráfico, ni si me crucé con alguien conocido, me imagino que todo estaba como siempre. Gracias a Dios, llegué sin ningún sobresalto. Seguro que esta historia os resulta familiar, es más conozco  quien de repente se ha visto con su coche en la puerta de  su trabajo, cuando lo que quería era ir a hacer la compra… Y es que la mayoría de las veces vamos con el piloto automático encendido, sin prestar atención a lo que estamos haciendo en ese momento, con miles de cosas en la cabeza, del pasado y del futuro, obviando el momento presente

Hoy voy a dedicar mi post a MINDFULNESS, traducido al español como ATENCIÓN PLENA. Es una disciplina que tiene sus orígenes en el budismo,  donde se aplica desde hace 2500 años. Fue integrada en la cultura occidental  hace 30 años por el Dr.Jon Kabat-Zim, fundador de la Clínica de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachussets y profesor del Departamento de Medicina Preventiva de la misma Universidad.  Actualmente, Mindfulness se aplica en psicología y medicina, sin ninguna connotación religiosa, y sus efectos  sobre el cerebro se estudian en las principales universidades del mundo, mostrando resultados muy significativos.

El profesor Kabat-Zim define Mindfulness como:“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. De esta manera, identificamos sentimientos y emociones y las aceptamos. A veces, cuando una emoción es desagradable, tendemos a arrinconarla, lo cual acrecienta nuestro mal estar. Sin embargo aceptarla y reconocerla tal como es, nos sitúa más cerca de poder gestionarla. Mindfulness se aplica en psicología como parte del tratamiento del estrés, de las depresiones y de las adicciones. También en medicina, para el control del dolor y para el manejo de enfermedades crónicas. Pero para muchos se ha convertido en un estilo de vida, donde el foco de atención es  el AHORA.

Aplicado a los niños tiene muchas beneficios, pues la vida acelerada que llevamos, también les afecta a ellos, no en vano cada vez hay mas casos de depresión y ansiedad en niños y adolescentes. Lo que se vive en la familia, afecta a todos su miembros, y hoy en día hay muchos casos de familias enteras estresadas … algo  tenemos que hacer… por lo pronto, vamos a parar y a poner el foco en el presente. 

MINDFULNESS en los niños:
 Mejora el aprendizaje, la memoria y la ejecución de tareas. 
 Regula las emociones, fomenta la paciencia y  la empatía.
 Es de gran ayuda cuando hay problemas de atención (TDA).
Enseña a los niños a vivir y disfrutar el presente.

Veamos algunas técnicas para trabajar con ellos mediante el juego. El objetivo es que aprendan a observar conscientemente lo que hacen, lo que les rodea y sus emociones. 

  • Atención auditiva: elegir una melodía. En el momento en que empiece a sonar, dejar lo que se esté haciendo, y escuchar el sonido concentrado, reconociendo los instrumentos, con los ojos cerrados,  hasta que deje de sonar. Luego volver a lo que se hacía antes.
  • Atención visual: mirar un objeto durante unos minutos, fijándose en todos sus detalles. Después lo describirán o responderán a nuestras preguntas.
  • Atención al entorno: todos en círculo ( los mayores también) pasar un cartucho con palomitas o un vaso de agua, con los ojos cerrados, sin que se caiga nada. Ello requiere silencio, concentración,  atención a sonidos,  tacto…
  • Paseo consciente: salir al campo o ciudad observando todo lo que se ve, parándose a mirar detalles, oliendo , escuchando sonidos, en silencio. Después hacer un dibujo del paseo.
  • Comer con atención:  Elegir un alimento, galleta, fruta, chocolate. Empezar observándola, luego oliéndola , después probando un pequeño trozo, saboreando… y finalmente comiendo. Este ejercicio se utiliza en el control de la obesidad. El dedicar tiempo a disfrutar de la comida empleando todos los sentidos, hace que se coma menos cantidad, y más despacio.
  • Respiración consciente: centrarse en la respiración sin hacer nada para cambiarla, simplemente notando como entra y sale el aire. Los niños mas nerviosos pueden hacer esto mientras andan. Este ejercicio les  ayuda  a dormir.
  • Y por último os propongo un ejercicio para practicar en familia: ver una película con las luces apagadas, en silencio absoluto y sin ningún elemento electrónico cerca, empezando por móviles y terminando por tablets, y PCs… fijándonos en todos los detalles. Esto más que un ejercicio es un reto hoy en día…

MINDFULNESS no es fácil, durante los momentos en que estas realizando estos ejercicios es normal perder la concentración, y no pasa nada, lo importante es darse cuenta y volver a meterse en ello. Como todo, requiere práctica y constancia. El que lo practica de forma habitual, mejora su equilibro emocional, y como consecuencia goza de mejor salud. Gracias a los últimos avances en diagnóstico a través de la imagen, se ha comprobado que las experiencias repetitivas generan nuevas conexiones neuronales en cualquier momento de nuestra vida, lo que  provoca cambios en nuestra forma de percibir y actuar. Por eso es tan importante la repetición.

Enfocar tu atención en una sola cosa durante un tiempo, te libera de pensamientos que te torturan, que muchas veces son distorsiones de la realidad. Si conseguimos meterlo en nuestra rutina diaria, nos liberaremos de mucha presión. 

Termino con un consejo del Papa Juan XXIII que prometo aprenderme de memoria: 


“Solo por hoy, trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez”