miércoles, 10 de mayo de 2017

Noviazgos tóxicos



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Hace unos meses, presencié una discusión muy fuerte entre una pareja de unos 16 -17 años. Era una calle con poco tránsito, y el chico con un tono muy agresivo, le decía a su novia entre empujones, frases del tipo: “no me mereces”, “no mereces que nadie te quiera”, “te vas a quedar sola en la vida”, “yo defiendo lo mío” , “delante de mis amigos te callas”…
El MUNDO publicó la siguiente noticia en junio de 2016: Se multiplican por 10 los casos de menores que sufren violencia de género. Este es solo unos de lo muchos artículos que hay sobre el tema, tantos como estudios que así lo demuestran. Llama la atención que en pleno siglo XXI, cuando se supone que las mujeres nos hemos “liberado” y se han reconocido nuestros derechos, una niña de 16 años aguante cabizbaja esta agresividad. Sorprende también que un chico, de la misma edad, sea capaz de tratar así a una niña que se supone que quiere. Y preocupa leer en dichos estudios, que muchas chicas adolescentes mantienen relaciones con sus novios por miedo a que las abandonen. 

Cuando se analizan las causas de este repunte, vemos que hay una serie de factores que están influyendo claramente. Aunque la mayoría de los maltratos se producen de hombre a mujer, sobre todo los físicos, por razones obvias, también hay mujeres que tratan mal a sus parejas, mediante la vejación y la humillación. Desde esta perspectiva vamos a revisar los datos, pues está claro que algo falla en la formación emocional de nuestros jóvenes.

  • Para empezar, todos los estudios indican que en España se han adelantado las primeras relaciones sexuales a los 13 años en niños y 14 en niñas. Hay muchos factores educacionales y sociales que influyen en el inicio, pero independientemente de ellos, y dando por hecho que este dato es una media, es una realidad palpable que los niños de hoy  están más sexualizados que los de generaciones anteriores. Esto hace que se enfrenten a situaciones de adultos, con una madurez insuficiente, enrolándose en relaciones de pareja “serias” sin formación ni criterio para llevarlas adelante. Como consecuencia muchos de ellos no saben distinguir una relación sana, de una tóxica y consideran normales frases como las del inicio del artículo, creyendo que solo se les trata mal, si hay agresividad física.
Resultado: su confianza va mermando y su dependencia va creciendo

  • Para muchos adolescentes el amor romántico lleva implícito LOS CELOS. Como recuerda  el Psicólogo Forense Javier Urra, la celotipia es una patología, que afecta a la forma en que la persona enfrenta sus miedos e inseguridades. Además aparecen distorsiones cognitivas y como resultado  se ven cosas donde no las hay, lo que coarta y amedranta a la otra persona. Por tanto, no solo no son normales los celos en una pareja, sino que constituyen un problema grave. Cuidado con el ejemplo de casa. 

  • Las nuevas tecnologías han hecho posible el control 24 horas. Muchos jóvenes consideran normal,  como un signo de preocupación, y de interés, que sus novios/as quieran saber donde están y con quien a todas horas del día. Para ello el móvil es un instrumento muy valioso, pues hace posible ese control. A esto añadimos las conversaciones por escrito y fotos que se mandan entre ellos, y que se quedan grabados, siendo utilizados por algunos, para humillar o chantajear a sus parejas cuando la relación ha terminado.

La forma en la que se manejen las primeras relaciones, marcan las relaciones futuras. Debemos transmitir a nuestros hijos valores para relacionarse con los demás con respeto y cariño. Fomentemos la dignidad propia y ajena, la voluntad, la paciencia, la seguridad en sí mismos, la autonomía,  la amistad, el pudor, la generosidad y el amor. Hablemos con ellos, nos sorprenderán algunas de sus creencias. No olvidemos que, queramos o no, están rodeados de series, películas, canciones, realities y anuncios que les transmiten una idea del amor equivocada. 


Deben tener criterio para elegir a las personas que quieren tener a su lado

Tienen que tener claro lo que es normal y bueno en una relación y lo que no lo es, y alejar de sus cabezas la idea de que el amor todo lo cambia. Como Javier Urra nos indica, el maltrato no es un estado mental transitorio, es un estado vital, una forma de vida. Luego una persona que veja a otra, es muy difícil que cambie, porque ya forma parte de su personalidad. De cualquier forma, no son ellos los encargados de cambiar al otro a través de un noviazgo venenoso, solo un profesional lo puede tratar. 

Debemos enseñarles a ser buenas personas, pero también a 
alejarse del que no lo es.




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