jueves, 20 de julio de 2017

Vacaciones. ¡Nos vemos en septiembre !

Llegados al final de julio, toca descanso. ¡Pero hay mucho que leer en el blog! Así que podéis poneros al día ;)
Os dejo con una canción que transmite "buen rollo". Que me perdonen los amantes del reguetón.... pero prefiero las letras más románticas...

Cuando me siento bien, del grupo canarión Efecto Pasillo
(Tuve la suerte de encontrarme con parte del rodaje del video, divertidísimo)
Mi frase preferida de la canción:
QUE SUERTE TENERTE
¡Seguimos en septiembre!


martes, 4 de julio de 2017

La mente en blanco


Imagina que estás ante un público numeroso en una reunión importante. Tienes preparado lo que quieres transmitir, y de repente notas que te sudan las manos, te duele la barriga, el corazón palpita fuerte y no sabes que decir. Mientras todos te miran esperando a que hables, no hay forma de que una palabra con sentido salga de tu boca. Consuélate, Adele, Scarlett Johansson o Hugh Grant también lo sufren o han sufrido , y a muchas personas anónimas les ha pasado en algún momento de su vida. Se llama miedo escénico, y el causante es la ansiedad. 

Shutterstock
Recién terminado el curso,  me parece buen momento para analizar con calma algo que oímos más de lo que quisiéramos los que trabajamos con niños, sobre todos con adolescentes. Ante un mal resultado académico, algunos estudiantes afirman que aunque se saben la materia, se bloquean ante la evaluación. Es lo mismo que le ocurre a algunos adultos, y es un hecho que nos desconcierta, porque a veces no sabemos como actuar. Por ello padres y profesores  debemos buscar la causa para poder ayudar, pues pueden ser muy diferentes y requieren un trato individualizado.

  • En ocasiones cuando una persona sufre un mala experiencia, desarrolla un estado ansioso que predispone al pánico ante situaciones similares. Una persona va por la calle y de pronto se desmaya. A partir de ese momento, sale  con miedo, preferiere ir acompañado, e incluso, en casos graves, decide no salir más. Ante la evaluación puede ocurrir lo mismo, después de una experiencia negativa para el alumno, puede desarrollar angustia. No todo el mundo reacciona igual, a unos no les afecta nada y a otros les cambia la forma de enfrentarse a estas situaciones.  Es un miedo anticipatorio que paraliza. 
  • Cuando una persona es excesivamente tímida, pasan por su cabeza muchos pensamientos negativos, se sienten continuamente observados y tienen pavor a equivocarse. Esto obviamente bloquea muchas acciones, y cuando estas pueden tener consecuencias importantes, aún más.

 Para estos dos casos, es muy aconsejable ayuda psicológica profesional.

 Para que el tratamiento funcione, debe estar coordinado con el colegio.




  • Hábitos de estudio inadecuados. Muchas inseguridades ante la evaluación, se producen porque, aunque se haya atendido y participado en clase y estudiado en casa, los conocimientos están grabados en nuestra memoria de una forma superficial. Ello ocurre porque se estudia solo de memoria, no se comprende bien,  se deja todo para el final y falta repaso. De este modo cuando intentamos “sacar” algo de nuestra memoria, la información está enmarañada con otras cosas que hemos estudiado, y al final se tiene la sensación de no saber nada. La solución no es otra que trabajar lo que escasea: hábito y técnicas de estudio. 
  • Malas condiciones físicas. Cuando se duerme poco es obvio que nuestro cerebro está cansado, y una mente cansada es poco ágil. Todos sabemos que es importante dormir lo suficiente, y sobre todo antes de ser evaluado. Esto va enlazado con el punto anterior, si se tiene un adecuado hábito de trabajo, no hay necesidad de dormir poco el día antes de un examen.
  • Alumnos excesivamente perfeccionistas que solo se conforman con un 10. Como están acostumbrados, gracias a su esfuerzo, a no tener dudas al contestar en clase o al responder a exámenes, cuando aparece algo que los saca del juego, corren el riesgo de agobiarse en exceso, y viene la mente en blanco. Debemos enseñarles a aceptar las debilidades y los errores, incluso un 6 o un 5 de vez en cuando les puede venir bien. Recordemos que los estudios son solo una parte de la vida. Si se asume, van mucho más relajado a examinarse.
  • Y por último, pero no menos importante,   el bloqueo del “cara dura”, dicho con todo el cariño del mundo… Este tipo de alumnos dedican poquito tiempo al estudio, y cuando llega el momento de demostrar lo que saben ¿Se bloquean? Más bien no saben por donde empezar. Quizás se saben algo, y no saben como encajarlo en la pregunta. Aquí la solución es clara, hay que ponerse a trabajar y dejar de echar balones fuera. Las excusas no valen y además confunden y preocupan  a los que quieren ayudarles.


Y  para terminar, una petición a los padres, entre los que me incluyo: Muchas veces nos conformamos con las excusas que nos dan nuestros hijos ante un mal resultado. Sin embargo los conocemos y sabemos de que pié cojea cada uno. Analicemos la realidad con objetividad, y así ayudaremos a dar en el clavo a la hora de ayudarles. No avanzamos dándoles la razón aún sabiendo que no la tienen, así los victimizamos.
Si el problema es serio, a por él, todo tiene solución.  
Pero si no lo és, más vale una llamada de atención a tiempo, que lamentarse cuando los malos hábitos estén ya arraigados.