domingo, 12 de noviembre de 2017

Conócete y confía en ti.

Un hombre que entraba en el circo,  se sorprendió al comprobar que los elefantes solo estaban retenidos por una delgada cuerda atada a una estaca, no había ni cadenas, ni jaulas. Obviamente, tenían fuerza suficiente para romper las cuerdas y moverse con libertad, pero no lo hacían. Preguntó a su domador cuál era el “truco”, y este le explicó que, desde que los elefantes nacían, utilizaban el mismo tipo de cuerda para inmovilizarlos, y  siendo tan pequeños, aunque lo intentaran, eran incapaces de escapar. “Con el paso del tiempo”, decía,  
“los elefantes acaban creyendo que no pueden liberarse de la cuerda, 
así que dejan de intentarlo ”. 

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Como los elefantes de esta historia, las personas actuamos impulsados por la percepción que tenemos de nosotros mismos. Ésta se forma durante nuestro desarrollo, a través de las experiencias vividas y de la imagen que los demás tienen de nosotros, y como nos la manifiestan. Todo ello nos da una información que a la larga forma nuestra AUTOESTIMA. 

Al llegar a la adolescencia,
 se  produce una maduración cognitiva que nos permite analizar mas allá.
Empiezan a surgir las discrepancias entre 
CÓMO CREO QUE SOY, y CÓMO  ME GUSTARÍA SER

Querido adolescente: habrás oído miles de veces que estás en una época de múltiples cambios físicos y psicológicos, una época de turbulencias, y a veces así lo habrás sentido. Pero esto no es algo negativo, por el contrario es necesario, y una oportunidad. Durante esta etapa, ya no todo depende de factores externos o de los demás. Empiezas a tener en tus manos herramientas para vivir la vida de forma autónoma y modelar tu personalidad. Lo que construyas ahora te acompañará para siempre, Así que estás de suerte:
¡ Este es el momento justo para hacerte fuerte!

  • Para empezar, ten claro que todos tus miedos e inseguridades, los tienen también tus amigos y compañeros. Hay algunos que los controlan más y otros menos, pero ahí están. Hasta este momento, toda tu vida dependía de los adultos, y ahora empiezas a tener autonomía, y eso da vértigo… Aprovecha la circunstancia y demuestra que puedes hacer las cosas bien hechas por ti mismo, y así conseguirás creer en ti, y los demás también reconocerán tu valía.

  • Conócete y acéptate. Cada persona es única e irrepetible. Existe algo que se llama temperamento con lo que se nace, y que explica en parte por qué, ante las mismas situaciones, cada uno reacciona de una manera diferente. Es importante que sepas reconocer tus rasgos, y los asumas. Imagina que eres tímido, y te gustaría ser más lanzado. Ya tienes mucho ganado: sabes como eres y como te gustaría ser . Ahora puedes trabajar en ello.

  • No te compares con los demás, compárate contigo mismo. Esta es la única forma de avanzar. Siguiendo con el ejemplo de la timidez: imagina que decides ir dando pasos pequeños cada día para superarte: te obligas a preguntar en clase, te acercas a tus compañeros, te vas animando a empezar conversaciones… poco a poco  vas avanzando, con tu propio esfuerzo. Tienes que estar muy orgulloso de ti. Sin embargo si te comparas con tu compañero más extrovertido, que está en todos lados y charla sin parar,  nunca verás cambios… y eso es frustrante. Ten por seguro que ese compañero tiene su propia lucha, todos tenemos luchas.

  • Ponte metas realistas. Te encantaría cantar bien, pero la realidad es que te cuesta mucho coger el ritmo y desentonas un poquito… No dejes de cantar si te gusta, sin duda mejorarás, quizás no llegues a ser una estrella de la música, ( o sí, quien sabe… ),pero no te tortures.  Seguro que destacas en otras  muchas cosas, búscalas y foméntalas. 

  • Generalizar es un error. Si algo te salió mal en un momento determinado, no tiene por qué volver a salir mal. Si estudiaste matemáticas y suspendiste,  será porque tuviste un mal día, quizás  estudiaste de forma incorrecta o te confiaste. Ello no significa que siempre te vaya a ir mal en matemáticas. Solo significa que tienes que dedicar más tiempo o utilizar otra técnica. Unicamente eso.

  • Acepta las críticas hechas con cariño, pues de los errores se aprende.   La perfección no existe, y por tanto debemos aceptar que los demás tienen mucho que enseñarnos.  Es síntoma de madurez admitir equivocaciones. No eches balones fuera, eso no construye nada dentro de ti, sin embargo asumir tu responsabilidad y analizar la situación, hará que mejores. Te volverás a equivocar, pero no tengas miedo, todos metemos la pata, los adultos también…y no pasa nada.

  • Que no falte el humor en tu vida. ¡Ríete de ti mismo! Imagínate en una situación muy ridícula, por ejemplo: te caes en un charco de barro en mitad del patio delante de todos los chicos y chicas del colegio, acabas mojado y manchado de barro de la cabeza a los pies. Tienes dos opciones: te quedas sentado, pasmado y muerto de vergüenza, o a pesar de la verguenza, empiezas a reírte antes de que empiecen los demás… total… si de todas formas se van a reír, porque la verdad, la situación es bastante cómica... 

En psicología se utiliza el término “pensamiento limitante”. A través de experiencias pasadas, se crean ideas que te impiden avanzar. Es un fenómeno que se produce con frecuencia, y que debes aprender a identificar y a parar.  Por ejemplo: un amigo, que creías muy cercano, no te invita a su fiesta de cumpleaños. Te vienes abajo y piensas que no tienes amigos y empiezas a  aislarte. Pero esa no es una interpretación real, la única verdad objetiva es que ese amigo en concreto, en ese momento no te ha invitado. Duele y  entristece, pero no deja de ser un hecho puntual. Acuérdate siempre de los elefantes: cuando eran pequeños no podían romper la cuerda, y de mayores vivían paralizados porque creían que no podían moverse…

¡Conócete, confía en ti y nunca te paralices!





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